LA
LECCIÓN DE POESÍA
1.
Toda la mañana consumida
como
un sol inmóvil
delante
de la hoja en blanco:
principio
del mundo, luna nueva.
Ya
no podías dibujar
ni
siquiera una línea;
un
nombre, ni siquiera una flor
desabrochaba
en el verano de la mesa:
ni
en el mediodía iluminado
cada
día comprado,
de
papel, que puede aceptar,
con
todo, cualquier mundo.
2.
La noche entera el poeta
en
su mesa, intentando
salvar
de la muerte los monstruos
germinados
en su tintero.
Monstruos,
bichos, fantasmas
de
palabras, circulando,
orinando
sobre el papel,
ensuciándolo
con su carbón.
Carbón
de lápiz, carbón
de
la idea fija, carbón
de
la emoción extinta, carbón
consumiendo
en los sueños.
3.
La lucha blanca sobre el papel
que
el poeta evita,
lucha
blanca donde corre la sangre
de
sus venas de agua salada.
La
física del miedo percibida
entre
los gestos diarios;
miedo
de las cosas jamás posadas
pero
inmóviles – naturalezas vivas.
Y
las veinte palabras recogidas
en
las aguas saladas del poeta
y
de que se servirá el poeta
en
su máquina útil.
Veinte
palabras siempre las mismas
de
las que conoce el funcionamiento,
la
evaporación, la densidad
menor
que la del aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario