martes, 15 de enero de 2013

EDOUARD GLISSANT



LA TIERRA INQUIETA

El ancestro habla, este es el océano, esta es una raza que lava los continentes con su vela de sufrimiento; él dice que esta raza que es canto, rosada de canto y el perfume sordo y el azul del canto, y su boca es el canto de todas las bocas de espuma; ¡océano! tú permites, tú eres cómplice, hacedor de astros; cómo no abres tú tus alas de pulmón voraz. ¡Y mira! no queda más que el sueño del canto y la eternidad de la voz y la infancia ya de aquellos quienes crean herencia. Pues por el sufrimiento él pertenece a todos: cada uno tiene, entre los dientes, la arena vigorosa. El océano es paciencia, su sabiduría es el verano del tiempo.

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