EL MIEDO
No es el sonido de mi sangre
o el ala de un insecto
ni siquiera
la luz
acercándose
oscilante como una mano
en la indefensa
sombra.
Lento rebota un grito
en las piedras de la calle
- y oyes el sueño de una hoja.
La calma
corroída
repite su amenaza.
El ojo (indecible)
del silencio.
Un muro es la noche
y transparece.
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