martes, 18 de septiembre de 2012

CONSTANTINO CAVAFIS



CANDELABRO

En una pieza vacía y pequeña, sólo cuatro paredes,
y cubiertas por telas íntegramente verdes,
está encendido un hermoso candelabro y arde:
y en cada llama suya se abrasa
una pasión lasciva, un impulso lascivo.

En la pequeña pieza, que brilla iluminada
por el fuego vigoroso del candelabro,
no es en absoluto usual esta luz que brota.
Para cuerpos sin audacia no está hecha
la voluptuosidad de este calor.

1 comentario:

  1. La yema de los dedos no necesitan ojos,el cuerpo necesita lagrimas y sonrisas,y una copa de amor por arriba de las sabanas.-

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